El Departamento de Salud de la Gran Manzana presentó un reporte detallado sobre el panorama de la salud mental en la ciudad, donde se advierte que casi la mitad de los adolescentes encuestados manifiestan síntomas depresivos de algún tipo y gravedad, y más del 34% de todos los afectados no recibe tratamiento deseado o no tiene acceso alguno a servicios siquiátricos y de apoyo
En noviembre del 2022, Juan Esteban González, de 19 años, quien había terminado su último grado en la escuela secundaria en Nueva York hacía apenas unos meses, comenzó a comportarse de manera agresiva e irritable con su mamá. A veces se ensimismaba y lucía triste y desesperanzado.
A pesar de que el adolescente solía ser “rebelde”, desde que era un niño, según cuenta la madre soltera, poco a poco, tras cumplir la mayoría de edad, el joven empezó a presentar actitudes que pusieron el hogar “patas arriba”.
La colombiana confiesa que al principio pensó que su hijo estaba consumiendo drogas o que “su euforia y altanería constantes”, podrían ser propias de la edad. Asegura que trató de “llevar la fiesta en paz, hasta más no poder”, pero en cuestión de meses, las cosas fueron escalando. Un día, sintió que no podía manejar la situación y llena de miedo pidió ayuda al 911. Juan Esteban no estaba consumiendo drogas, tampoco estaba siendo simplemente rebelde, ni se comportaba de manera errática por la edad. El adolescente fue diagnosticado con trastorno afectivo bipolar, una condición presente en la lista de enfermedades mentales que actualmente afecta a miles de personas en la Gran Manzana.
Y es que la salud mental en la ciudad de Nueva York se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de las autoridades, pues cada vez más adultos y menores presentan síntomas de condiciones mentales, que van desde leves hasta severos. Así lo confirma un reporte presentado este mes por el Departamento de Salud de la Ciudad, que revela con preocupación que casi 1 de cada cuatro adultos en los cinco condados sufre problemas de salud mental, es decir 1.5 millones de neoyorquinos mayores de 18 años; en el caso de los niños de 3 a 13 años, el 15% tienen un diagnóstico de salud mental: 8% de ansiedad y 3% de depresión, mientras que el 48% de los adolescentes experimentan síntomas depresivos que van desde leves (27%) hasta graves (11%), como ocurrió con Juan Esteban González.
“Mi hijo tenía días en que no quería hacer nada, se levantaba muy tarde de la cama y todo el tiempo peleaba conmigo por cualquier cosa. A veces era lo contrario, no dormía en las noches y seguía de largo en las mañanas. Ponía música a todo volumen, tenía energía excesiva. Un día me desesperó tanto, porque empezó a delirar, decía que era famoso, que tenía mucho dinero escondido y que iba a salvar al mundo de la pobreza y de la gente mala. Yo me asusté mucho y entré en crisis de nervios. Le apagué la música y cuando le pregunté si es que estaba metiendo drogas, se le entró el demonio. Se puso energúmeno, y empezó a romper cosas, y a gritar que él no era un drogadicto. Me dijo malas palabras y ofensas horrorosas, me escupió y hasta me dio un empujón, algo que jamás había hecho“, narra la madre inmigrante, quien en ese momento llamó a la línea de emergencias.
“Me escondí en el baño y llamé al 911. Rápido llegó a la casa un equipo siquiátrico con policías. Yo tenía miedo por tantas cosas que uno ve en las que los policías matan a gente que está en ese estado, pero fueron muy profesionales. Lo ayudaron a calmarse y se lo llevaron de urgencias al hospital. Lo internaron en una unidad siquiátrica en Manhattan durante tres semanas. Allá le dieron medicamentos y me dijeron que mi hijo tenía problemas mentales. Le dieron un diagnóstico inicial, y luego otro”, comenta la latina, quien asegura estar más tranquila ahora.
“Uno cree que eso es la muerte, por la idea que uno tiene de la gente con problemas mentales con los locos, pero poco a poco hemos entendido que a esto no hay que tenerle miedo ni vergüenza. Son enfermedades de por vida como la diabetes o el asma, pero con atención de siquiatras y medicinas, mi hijo está tratando de llevar una vida normal. A veces se desespera, porque no quisiera tomar medicamentos, pero entiende que tiene que hacerlo por su bienestar y el de la gente que lo rodea”, dijo.
El nuevo informe sobre la salud mental de los neoyorquinos detalla además que “todavía persisten profundas desigualdades en el acceso a tratamiento”, a pesar de las mejoras generales que se han implementado tras la pandemia del COVID-19. Los latinos llevan la peor parte en varios campos: el 18% de los niños hispanos padece problemas de salud mental diagnosticados por encima de otros grupos, el
31% de los adolescentes latinos con depresión presenta síntomas severos o moderados, y el 10% de los adultos latinos de la Gran Manzana, tienen más probabilidades de experimentar angustia psicológica grave, por encima de los negros, que registran 8% y casi 50% más que los blancos.
Otro dato revelador del reporte es que las niñas adolescentes en las escuelas son más propensas a reportar sentimientos de tristeza y desesperanza, con el 48%, comparado con el 28% de los varones adolescentes. El 28% de los adolescentes que utilizan redes sociales a diario presentan síntomas depresivos de moderados a graves y el 34% de pacientes diagnosticados no recibe tratamiento deseado o de fácil acceso.
A pesar del preocupante panorama de salud mental en la Gran Manzana, el Comisionado de Salud de Nueva York, Dr. Ashwin Vasan, aseguró que el conocimiento de los datos servirá a entidades prestadoras de apoyo mental para manejar mejor la situación y ayudar a que más neoyorquinos tengan bienestar.
“Una comprensión clara de la salud mental de los neoyorquinos y los factores que dan forma a su bienestar mejora nuestra capacidad para satisfacer mejor las necesidades de los 8,5 millones de personas a las que servimos”, aseguró el funcionario, señalando que aunque más de 2/3 de los neoyorquinos diagnosticados con condiciones de salud mental reciben ayuda, miles siguen sin acceso a algún tipo de apoyo.
Los problemas de salud mental aquejan a 1 de 4 adultos en NYC. Foto: Edwin Martinez
“Lo que vemos en los datos es que la salud mental no es estática ni homogénea. Vemos una crisis profunda en algunas comunidades, mientras observamos un bienestar relativo en otras. También vemos una evolución del panorama posterior al COVID-19 en el que los neoyorquinos se recuperan de algunos de los peores impactos de la pandemia y los efectos a largo plazo aún se desarrollan”, destacó el experto médico. “Este informe representa un momento histórico, el inicio de un proceso en el que la salud mental de la ciudad se considera de forma rutinaria como una responsabilidad cívica”.
Asimismo, el Dr. H. Jean Wright, comisionado ejecutivo adjunto de Higiene Mental, insistió en que tener una comprensión más clara sobre la problemática de salud mental en la Gran Manzana contribuirá para abordar mejor los retos de los neoyorquinos que padecen alguna condición.
“Ampliar nuestra conciencia sobre la salud mental de los neoyorquinos y los numerosos factores ambientales que dan forma a su vida diaria nos ayudará a satisfacer mejor las diversas necesidades de nuestros vecinos”, dijo el funcionario.
Las diferencias de impacto sobre la salud mental también fueron evidentes en la edad adulta, pues los adultos jóvenes (18-24) reportaron angustia psicológica más grave, aislamiento social y necesidades de salud mental insatisfechas, mientras que los neoyorquinos mayores de 65 años fueron los que menos lucharon con estos problemas, agregó el informe.
Dentro de los males que aquejan a los neoyorquinos en materia de salud mental, están la esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo o psicosis, con 1%, trastorno bipolar, manía o depresión maníaca, con 3%, trastorno de estrés postraumático, 5%, depresión severa, 11% y ansiedad 18%.
El reporte señala que la falta de acceso a ayuda y tratamiento, puede deberse al costo o al estigma, y destaca que aunque los latinos con problemas mentales se ven afectados también con la falta de acceso a profesionales, son los neoyorquinos asiáticos los que menos acceden a la atención.
Y como recomendación final, el estudio advierte que “la naturaleza de la prestación de atención médica y un sistema de salud mental fragmentado han creado brechas en los servicios, incluidas barreras de costos, estigma, escasez de fuerza laboral e inequidades, como brechas en la prestación de servicios para poblaciones específicas”, por lo que tener a mano los nuevos datos deben servir para implementar mejoras.
“Estas incluyen la prevención mediante el fomento de un entorno más saludable para que los jóvenes fortalezcan la resiliencia y las habilidades de afrontamiento, estableciendo pruebas estándar de detección de factores de riesgo en la juventud, abordando los posibles daños de las redes sociales como una exposición tóxica y garantizando que los espacios en línea sean seguros para los niños y los jóvenes; abordar el estigma en las políticas organizacionales, priorizando políticas enfocadas en mejorar los factores que moldean la salud de un individuo, como el acceso a la educación, vivienda asequible y alimentación saludable; ampliar la fuerza laboral entre pares; y aumentar el acceso y la disponibilidad de medicamentos para el trastorno por consumo de opioides”, destacaron las autoridades de salud.
Uno de los principales retos es mejorar el acceso a la atención médica mental. Foto Edwin Martinez
“Muchos de estos ya están viendo las primeras etapas de implementación a medida que la ciudad trabaja para ampliar los compromisos para abordar las necesidades integrales de los neoyorquinos y promover un medio ambiente más saludable. Los esfuerzos incluyen ejercicios de atención plena en escuelas públicas , el lanzamiento del primer servicio de telesalud mental para adolescentes de la ciudad , la expansión de los servicios de clubes y el acceso al tratamiento para el trastorno por uso de sustancias”, concluyeron.
Salud mental en NYC en cifras
1.5 millones de adultos neoyorquinos sufre problemas de salud mental
1 de cada 4 neoyorquinos experimenta algún trastorno mental
15% de los niños de 3 a 13 años tienen un diagnóstico de salud mental: 8% ansiedad y 3% depresión
18% de los niños latinos padece problemas de salud mental diagnosticados por encima de otros grupos
48% de los adolescentes experimentaron síntomas depresivos que iban desde leves (27%) hasta graves (11%)
31% de los adolescentes latinos con depresión presenta síntomas severos o moderados
28% de los adolescentes que utilizan redes sociales a diario presentan síntomas depresivos de moderados a graves
48% de las niñas adolescentes en las escuelas reporta sentimientos de tristeza y desesperanza
28% de los varones adolescentes en las escuelas reporta sentimientos de tristeza y desesperanza
34% de pacientes diagnosticados no recibe tratamiento deseado o fácil acceso
53% de los adultos con problemas mentales reportó no recibir ayuda
10% de adultos latinos tenían más probabilidades de experimentar angustia psicológica grave
8% de adultos negros tenían más probabilidades de experimentar angustia psicológica grave
7% adultos blancos tenían más probabilidades de experimentar angustia psicológica grave
2/3 de los adultos con un diagnóstico recibieron tratamiento el año pasado
1% de los pacientes diagnosticados padece esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo o psicosis
3% padece trastorno bipolar, manía o depresión maníaca
5% sufre de trastorno de estrés postraumático
11% padece de depresión severa
18% tiene ansiedad
2/3 de adultos con discapacidad intelectual y desarrollo padecen múltiples diagnósticos de salud mental
21% de los adultos reporta beber en exceso en un mes
23% reporta consumo de cannabis
14% de los neoyorquinos padecía trastornos psicológicos graves durante la pandemia
5% era la cifra de los adultos con trastornos psicológicos graves antes de la pandemia
200% casi fue el incremento de trastornos sicológicos a raíz de la pandemia
8% de los neoyorquinos adultos habían experimentado recientemente angustia psicológica grave el año pasado.