La decisión de recortar programas viola el derecho internacional, dijo Amanda Klasing, directora nacional de relaciones gubernamentales
Redacción Internacional – Amnistía Internacional (AI) advirtió este jueves de las devastadoras consecuencias de los abruptos recortes que la Administración de Donald Trump ha aplicado a la ayuda exterior de Estados Unidos, que amenazan los derechos humanos a nivel mundial.
“La abrupta, caótica y generalizada suspensión de la ayuda exterior estadounidense por parte de la Administración Trump está poniendo en riesgo millones de vidas y derechos humanos en todo el mundo“, advierte la ONG en un comunicado.
En su informe de investigación “Vidas en riesgo”, AI examina cómo los recortes han paralizado programas cruciales en todo el mundo, muchos de los cuales proporcionaban atención médica esencial, seguridad alimentaria, alojamiento, servicios médicos y apoyo humanitario a personas en situaciones de extrema vulnerabilidad, como mujeres, niñas, supervivientes de violencia sexual y otros grupos marginados, así como a personas refugiadas y quienes buscan seguridad.
Los recortes, ordenados por Trump el pasado 20 de enero, son “imprudentes y profundamente perjudiciales”, declaró Amanda Klasing, directora nacional de relaciones gubernamentales e incidencia política de AI en Estados Unidos.
Según dijo, “la decisión de recortar estos programas de forma tan abrupta y poco transparente viola el derecho internacional” al que Estados Unidos está sometido, y “socava décadas de liderazgo estadounidense en las iniciativas humanitarias y de desarrollo a nivel mundial”.
Si bien la financiación estadounidense a lo largo de las décadas ha tenido una relación compleja con los derechos humanos, la magnitud y la rapidez de estos recortes actuales han creado un vacío que pone en peligro la vida y que otros gobiernos y organizaciones de ayuda no pueden cubrir de forma realista a corto plazo, asegura la ONG.
Dos áreas en las que han causado un daño significativo a nivel mundial son los recortes forzosos, o el cierre total de programas que garantizaban la atención médica y el tratamiento a las personas marginadas y a quienes apoyaban a migrantes y personas que buscaban seguridad en países de todo el mundo, agrega la nota.
En Guatemala, por ejemplo, la medida interrumpió los programas de apoyo a supervivientes de violencia sexual, incluyendo apoyo nutricional para niñas embarazadas que habían sido violadas, y afectaron a servicios clave para el VIH, como la prevención y el tratamiento.
En Haití, los servicios de salud y atención posviolación han perdido financiación, incluso para los niños supervivientes de violencia sexual, y los recursos para el VIH han dejado a mujeres, niñas y personas LGBTI con un acceso reducido a la prevención y el tratamiento.
En su informe, AI también cita los problemas que ha causado el drástico recorte en ayudas estadounidenses a programas de Sudáfrica, Siria o Sudán del Sur.