La especialización de Arnaldo Espaillat Cabral en oftalmología, en el Instituto Barraquer de Barcelona, marcó el inicio de una trayectoria pionera que lo llevaría a fundar su propio centro
Falleció este 26 de enero el doctor Arnaldo Espaillat Cabral, fundador del Instituto Espaillat Cabral (1970), el primer centro oftalmológico de República Dominicana.
Nacido en Mao en 1931, el doctor Espaillat Cabral enfrentó desde temprana edad los desafíos impuestos por la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, régimen que le arrebató la vida a su padre por motivos políticos. En medio de este contexto adverso, se formó como médico en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde destacó por su brillantez académica y su determinación.
Las honras fúnebres del destacado médico serán celebradas en la Funeraria Blandino este lunes 27 de enero, a partir de la 1:00 de la tarde. Luego, el martes 28, a las 11:00 de la mañana, tendrá una misa de cuerpo presente para partir al cementerio Cristo Redentor, donde recibirá cristiana sepultura.
Su especialización en oftalmología, en el Instituto Barraquer de Barcelona, marcó el inicio de una trayectoria pionera que lo llevaría a fundar su propio centro.
Allí desarrolló avances médicos fundamentales, incluyendo investigaciones sobre el Toxoplasma Gondii y las lesiones oculares asociadas a la lepra, colocando al país en el mapa de la investigación médica internacional.
El galeno además dedicó más de dos décadas a la docencia en la UASD, impactando a generaciones de profesionales y dejando un legado en la educación médica.
Fue también de los miembros fundadores y expresidente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, institución desde la cual impulsó proyectos científicos de gran impacto nacional. Asimismo, su interés por la lengua y la cultura lo llevó a ser miembro de la Academia Dominicana de la Lengua y autor de tres libros que combinan su conocimiento científico con su amor por las letras.
En su vida, el doctor Espaillat Cabral no solo se destacó como médico y científico, sino también como un hombre de principios, cuya postura crítica frente a la dictadura trujillista le valió persecución y cárcel. Su valentía y compromiso con la justicia social lo convirtieron en un referente moral y ético para su generación.