Las autoridades municipales desestiman la disminución de la asistencia escolar. Lo atribuyen al frío extremo y a las pruebas Regent
Era normal a las puertas del Hotel Raw de Manhattan, uno de los albergues para migrantes instalados en Nueva York desde el 2022, tener en horas de la mañana la algarabía de personas y de niños con mochilas en horas de la mañana, preparándose para ir a la escuela. Pero como cuentan varios migrantes que allí pernoctan, desde que la Administración Trump rescindió una política que impedía que La Migra realizara arrestos en “lugares sensibles” como escuelas e iglesias, todo cambió.
El gobierno municipal en general desestima esta merma en la asistencia escolar y lo atribuye más al frío extremo y a la semana de las pruebas Regents.
“Ya en el caso de nosotros los venezolanos, que nos quitaron todo, incluyendo las protecciones del parole humanitario. Todo esto nos convierte en presa fácil para que nos lleven. Muchas madres prefieren quedarse encerradas, por temor a ser deportadas en camino a la escuela”, reconoció la migrante “Paula” quien asegura que especialmente la semana pasada, muchos prefirieron esperar que “bajara la marea”.
De acuerdo con fuentes municipales, las escuelas públicas de la Gran Manzana, registraron tasas de asistencia de entre 84% y 89%, en comparación con el 89 y el 92% en la misma semana del año 2024.
La asistencia diaria, que promedió el 90% el año pasado, bajó al 85% el martes 21 de enero y el miércoles 22 antes de recuperarse al 89% el jueves 23 de enero. En coincidencia, con los días que se registraron redadas migratorias en la Gran Manzana.
“Como mi caso, hay miles. El miedo, no es que las autoridades entren a la escuela a llevarse a los niños, porque ya sabemos que eso no es fácil. En mi caso y el de mi pareja, ya quedamos prácticamente indocumentados, nos da pánico que nos agarren en la calle. Entonces hay que ver, qué vamos hacer con nuestras vidas. Esto apenas está empezando”, destacó Paula.
Otra migrante consultada, asegura que por las limitaciones de 60 días de permanencia en los albergues, muchas familias como la de ella, se están cambiando de Manhattan a El Bronx, por esta razón sus tres niños no han podido asistir por días a la escuela.
“También muchas familias migrantes que estaban en los albergues se están mudado a otros estados porque han conseguido trabajo. Y eso influye. Por su puesto hay pánico, más aún en nosotros que vivimos en refugios. Y si ya pueden entrar en las iglesias y las escuelas, más rápido entrarán aquí”, dijo otra migrante ecuatoriana al frente del Hotel Row.
“No es una caída atroz“
En una audiencia ante el Concejo Municipal, la canciller de Educación Melissa Avilés-Ramos, expuso que la caída de las asistencias no se puede considerar como “atroz”, pero definitivamente se debe a una combinación de factores, como el miedo por el tema migratorio, pero también por el frío.
“Sabemos que hay miedo entre nuestras familias”, reforzó Avilés.
Fuentes del Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York (DOE), para intentar bajar los temores, recordaron en un comunicado a medios locales, que “las escuelas públicas no piden a las familias que revelen, ni tampoco hacemos un seguimiento, del estado migratorio o el país de origen”.
El portavoz de esta agencia municipal, dijo que hay muchos factores que pueden afectar las tasas de asistencia, incluido el frente frío récord que enfrentó la Gran Manzana, junto con la Semana de Pruebas Regentes, que históricamente son días en la que los estudiantes no están obligados a estar presentes para los exámenes.
El alcalde Eric Adams dijo a los medios que “hay muchas cosas que están sucediendo, y lo que estoy tratando de decir a los neoyorquinos es: no contribuyamos a la ansiedad que sienten estos niños. He sido muy claro: los niños deben ir a la escuela”.
El mandatario también recordó que por la ola de frío, también se presentan más casos de resfriados y niños enfermos que deben estar en casa.
Dato:
48,000 recién llegados se han inscrito en las escuelas públicas de la ciudad desde el verano de 2022.