En medio de una feroz oposición, una orden ejecutiva de la Ciudad abre la puerta a varias agencias federales a la cárcel más grande de Nueva York
Por parte de las autoridades de la Ciudad de Nueva York, ya está el camino legal abierto para que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) pueda operar con una oficina dentro del complejo carcelario de Rikers Island, en Queens, según una medida confirmada esta semana por el alcalde Eric Adams.
La acción ha recibido duras críticas de los líderes del Concejo Municipal y de organizaciones de defensa a los inmigrantes, quienes argumentan que se está “pasando por encima” del estatuto de Ciudad Santuario, que fue aprobado hace 10 años, por el exalcalde Bill de Blasio.
La expectativa es que en las próximas semanas, lluevan varias demandas.
Para otros sectores, se trata de una medida de “sentido común” que permitiría al gobierno federal, concentrarse en migrantes con historial criminal, que han cometido fechorías, que ya están tras las rejas. Y no en otros grupos.
La Ciudad ha perfilado de alguna manera, que solo los migrantes que están siendo investigados o procesados por crímenes graves, o que se compruebe integren pandillas. Y ya han caído en manos de la justicia, son los que deben temer por esta orden.
En concreto, otras agencias federales como el Buró Federal de Investigaciones (FBI), la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) tendrán el mismo acceso de ICE a coordinar con la Oficina de Inteligencia Criminal del Departamento de Correccionales (DOC), sólo en casos de “delincuentes violentos, pandilleros y vínculos con tráfico de drogas”, de acuerdo con datos de la orden emitida por el vicealcalde Randy Mastro.
Se especifica que actualmente “Rikers Island alberga a miembros y asociados de organizaciones terroristas designadas”. Se reitera que el personal federal coordinará específicamente las investigaciones penales, centrada en “delincuentes violentos y pandillas, delitos cometidos o facilitados por personas bajo custodia del DOC”.
Acción contra las pandillas
Esta disposición con base al razonamiento de Mastro, tiene como objetivo combatir a las “pandillas transnacionales” como la MS-13 y el Tren de Aragua, que la administración Trump ha designado como organizaciones terroristas. Además permite al ICE, junto con el FBI, establecer oficinas para investigaciones penales, pero no civiles, en la cárcel más grande de la Gran Manzana.
El alcalde Adams, anunció la medida por primera vez, tras una reunión en febrero con el zar fronterizo, Thomas Homan. Los fiscales federales retiraron los cargos de corrupción en su contra, argumentando que un proceso judicial podría obstaculizar su cooperación con el programa de inmigración de la administración Trump.
Por su parte, la presidente del Concejo Municipal y aspirante a la Alcaldía, Adrienne Adams, cargó contra el mandatario municipal, al exponer que la Ley Local 58, de 2014, contiene directrices claras que prohíben el uso de oficinas en Rikers, para la aplicación de la ley de inmigración.
“El Concejo está revisando detenidamente la orden. Estamos preparados para defendernos de las violaciones de la ley. Esta orden ejecutiva es profundamente preocupante. Es difícil no relacionar esta acción con la desestimación del caso del Alcalde y su disposición a cooperar con la agenda extrema de la Casa Blanca”, anunció.
El ICE anteriormente tenía oficinas en Rikers Island, lo que permitía a la Ciudad transferir a inmigrantes indocumentados, encarcelados allí a custodia federal. En 2014, la Ciudad aprobó leyes santuario que prohibieron la entrada del ICE a las cárceles municipales.
Hasta ahora, el DOC solo podía cumplir con una orden de detención migratoria, si estuviera acompañada de una orden judicial federal y solo si la persona no hubiera sido condenada por un delito violento o grave en los últimos cinco años, ni figuraba en una base de datos de terroristas.
También, Natalia Aristizabal, subdirectora de Make the Road New York calificó la orden como “peligrosa” bajo la óptica de que tanto el ICE como el personal de ‘Rikers’ tienen un largo historial de abuso y violencia, especialmente contra inmigrantes y personas negras y morenas.
“Están abriendo la puerta a un mayor terror contra los inmigrantes neoyorquinos”, consideró.
De extremo a extremo
En este sentido, Zach Ahmad, asesor principal de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, afirmó que se está utilizado las preocupaciones sobre la seguridad pública, como pretexto para detener a “padres de niños pequeños, estudiantes y trabajadores agrícolas”.
“Al otorgarle a ICE las llaves de Rikers Island, el alcalde está traicionando una vez más a los neoyorquinos ante el peligroso régimen de deportación. Esta concesión y las supuestas limitaciones al papel de ICE en Rikers, son solo un intento de encubrir una agenda extremista”, destacó el activista.
Fuentes municipales familiarizadas con la orden del alcalde, interpretan que es “aventurado y extremista” asegurar que esta orden ejecutiva es antiinmigrante.
“El pequeñísimo grupo de migrantes que cometen delitos, que además pueden beneficiarse con las reformas de las leyes de fianza de Nueva York, son los principales enemigos de nuestras comunidades migrantes, que un 99% es gente trabajadora y honesta. Es absurdo que un criminal, con varias detenciones, violento, que además se compruebe que es parte de pandillas, se mantenga en las calles”, consideró el portavoz.
De igual forma, la concejal republicana Vicky Paladino se preguntó en medios locales: ¿Quién puede estar en contra de esta medida, que solo busca sacar de nuestra ciudad, a factores criminales que ya están en la cárcel o bajo investigación por crímenes terribles?
“No es nada nuevo”
Cabe recordar que en entrevista con El Diario, en febrero de 2024, el alcalde Eric Adams quien hoy aspira la reelección de forma independiente, ya había mostrado su disposición de revisar el estatuto de Ciudad Santuario.
“No podemos permitir que quienes sean violentos, crean que pueden tener un santuario aquí. Tenemos el caso de un joven que fue sorprendido agrediendo a la policía. Luego fue liberado y fue a Queens, cometió un robo, y agredió a un empleado de seguridad de la tienda. Eso sencillamente es inaceptable. Eso manda un mensaje equivocado. Debemos asegurarnos de que cualquiera que infrinja la ley rinda cuentas, sin importar cuál sea su estatus”, refirió el mandatario.
Además, dijo que las leyes, que se introdujeron durante el mandato del exalcalde Ed Koch en 1989 protegen a los inmigrantes que obedecían la ley. Pero hubo modificaciones que se hicieron bajo el mandato del exalcalde De Blasio, que eliminó el hecho de que si alguien cometía un delito grave, fuese conectado con ICE.