Aunque en su acta de nacimiento ella tiene 14 años, nunca ha hablado, la única forma de comunicarse con su entorno es a través de una sonrisa que de vez en cuando esboza en su rostro.
Carina (nombre ficticio) está sentada en el patio de su casa, descalza. Juega con una botella plástica con piedras dentro, y esboza una sonrisa, no está consciente de que tiene cuatro meses de embarazo, ni de la violación de que fue víctima.
En su entorno, vecinos y allegados están consternados con la situación, y se preguntan quién pudo abusar de una niña con discapacidad.
Aunque en su acta de nacimiento ella tiene 14 años, nunca ha hablado, la única forma de comunicarse con su entorno es a través de una sonrisa que de vez en cuando esboza en su rostro. Su desarrollo cerebral corresponde a una niña de muy pocos años.
Sus ojos no enfocan directamente a su interlocutor, y sus piernas están permanentemente juntas, así como sus dedos.
Discapacidad
Su madre, a quien llamaremos María (nombre ficticio), no recuerda el diagnóstico clínico de la enfermedad de su hija, según su testimonio los médicos le dijeron que “nació con desgaste cerebral”.
“Ella se sienta, y si se agarra, se sienta sola, pero no camina, no habla, siempre tiene los pies encogiditos, mira, pero no mira a los ojos, oye bien, entiende cuando le hablan, pero no responde”, explica María.
La niña nació de siete meses, en el Hospital José María Cabral y Báez en Santiago, su madre lo atribuye a las múltiples fiebres que tuvo durante el embarazo y que la mantuvieron interna en muchas ocasiones.
“Ella duró una semana en incubadora, nació una cosita chiquitita, como de cuatro libras, en ese momento sólo me dijeron que estaban madurando los pulmones, no que tenía algún problema”, destaca.
La niña tenía un año cuando determinaron que tenía dificultades en su desarrollo neurológico.
“Cuando yo la vi que ella torcía los ojos, la llevé a ver si ella iba a tener los ojitos volteados, la llevé a un centro y el problema no era de los ojos. Me enviaron donde otro médico que le indicó un estudio, y ahí me dijeron de ese problema, por eso la niña es así”.
Cuidados especiales
María es una mujer de 44 años, que tiene cuatro hijos. En escolaridad llegó al octavo grado, es una mujer humilde que viene de una familia pobre. Ella no puede trabajar porque además de Carina, tiene otra niña de 10 años que es falcémica monocigótica, la cual usa dos pañales desechables diarios, toma medicamentos y frecuentemente es ingresada por las bajas en los glóbulos rojos y debe ser transfundida.
Carina, a pesar de que es una adolescente, también utiliza pañales desechables, al menos tres cada día, porque no tiene control de sus esfínteres. Ella toma una medicación, su madre cuenta que por tener dos hijas con necesidades especiales y no tener dinero tuvo que dejar de comprársela. “Ella solamente se pone rabiosa cuando tiene hambre o está sucia, que hasta se da golpes, hasta que le lleven la comida”, asegura su madre.
María tiene que levantarse temprano a preparle el desayuno para que no haya ninguna crisis, eso sí pudo dormir porque hay noches que se la pasan en vela. Cuenta que debe tener una rutina de alimentación exacta porque Carina come mucho.
“Ella para en una ponchera de agua el día completo, le gusta bañarse mucho en una ponchera. A veces tengo que ponerla desde por la mañana porque se aruña, se hala los cabellos y desde que la pongo en el agua se tranquiliza”, explica.
Afirma que el agua y la música son sus dos grandes aliados porque son la única forma de calmarla cuando se pone agresiva.
El padre
María cuenta que no recibe ayuda frecuente del padre. “Él da algo cuando se acuerda, cada cinco meses él da 5,000 pesos, casi ni la visita, ni viene”, enfatiza.
El padre de su otra hija está privado de libertad desde que ella tenía un mes de nacida, “ese ni la conoce”.
Violación
Carina desarrolló a los 12 años, su madre se percató que no le llegó la menstruación, “al primer mes yo dije eso es un retraso, vino el otro también yo lo cogí como un retraso, vino el otro y ahí me preocupé”.
Su madre vio que le crecían los senos y la barriga, pero lo atribuía a un aumento de peso, nunca se imaginó que su hija había sido violada.
“Yo nunca pensé porque como aquí no venía nadie, no entra nadie, yo nunca pensé. Para mí, la niña estaba gorda”.
Hace dos años, María tenía una nueva pareja, un hombre que la ayudó con la manutención de sus hijas y a mejorar la casita humilde en la que viven.
“Mi esposo me dijo, tú no te preocupas porque la niña está sola, yo le decía no tengo por qué, aquí no viene nadie y ella siempre está trancada ahí. Él me dijo tú sabes cómo está este mundo, vamos a llevar la niña al médico”, asegura.
La semana pasada mientras bañaba a su hija se dio cuenta que tenía una bolita en el estómago, que ella pensó era un tumor, y al llevarla al médico se enteró de la triste noticia.
“Él (su pareja) mismo buscó un carro, llamó al hermano de él porque él estaba más interesado en saber porque la niña no estaba bien”.
Cuando su hija de diez estaba interna era su pareja que cuidaba la de 14, porque María asegura no tiene quien la ayude.
“La llevamos al médico y la doctora me dijo ¿quién la cuida? ¿Quién está con ella siempre?, yo le dije, yo, aunque a veces yo estaba con la otra interna, y ella me dijo la niña está embarazada… A mí se me cayó el mundo”. Aún con llanto cuenta que ella se resistía a creerlo. La doctora le dijo tranquilícese, “va para cuatro meses, se ve bien y hasta se sabe que es hembra”.
Ella visitó a un ginecólogo y le dijo “que la barriga está muy grande, ya no se puede hacer nada. Hay que hacerle una cesárea cuando llegue el momento y hacerle un ADN para saber quién es el padre”.
Investigación
El viernes pasado la fiscalía de Valverde inició un proceso de investigación en torno al caso, la madre puso una denuncia contra el hombre que hasta hace dos semanas era su pareja, pero él está prófugo. Él hace un año tuvo un accidente por lo que usa muletas.
"Él vino borracho hace dos semanas y yo le dije así tú no te puedes quedar aquí, te me vas, y desde ese momento no he sabido nada de él".
Cercanos aseguran que él hombre es consumidor de sustancias, aunque María establece que en el tiempo que tienen de relación ha estado tranquilo, aunque establece que él lo hizo en el pasado.
Amenazas
María actualmente vive bajo las amenazas de la familia de su expareja, quienes la acusan de ser mal agradecida y querer destruir la vida de el hombre